Unos de los clásicos aperitivos, sobre todo en muchos bares. Acompañados de una cerveza o un buen vino blanco frío, hacen disfrutar de una velada con buena compañía y mucho sabor.
Esta delicia de aperitivo, regordetes, de interior meloso y crujientes, con sabor a mar y se pueden disfrutar comiéndose con una cucharadita, hasta el fondo.
Hay diferentes maneras de preparar los mejillones con, verduras, picadillo de jamón serrano o chorizo.
Todo ellos a gustos al igual si se quieren un poco picante, a mi particularmente me gustan mucho.
Ingredientes para 4 - 6 personas:
1 kg mejillones
100 g de jamón de cocido
200 g de cebolla
50 g de harina
100 g de pimiento rojo
250 g de leche
25 g de mantequilla
50 g harina
1/2 cucharadita de pimentón dulce o picante (al gusto)
Para rebozar:
Pan rallado, 3 huevos batidos, pan rallado
Aceite de oliva (para freír)
Preparación:
Lavar bien los mejillones. Ponerlos a hervir al vapor en una olla, tapados, hasta que se abran.
Colar y reservar el caldo, (sale unos 300 g de caldo),extraer el mejillón y guardar las cáscara bien limpias.
Picar los mejillones en trozos y reservar tapados.
Limpiar y cortar en brunoise (muy pequeño) la cebolla y el pimiento. Hacer un sofrito con la cebolla y el pimiento rojo, a fuego suave hasta que estén tiernos pero no dorados. Añadir el pimentón.
Añadir los 50 g de harina y cocinar a fuego suave 5 minutos, removiendo para que se cueza. Ir agregando poco a poco el caldo de los mejillones y la leche, dejando hervir antes de añadir más.
Dejar cocer todo, hasta que esté espeso a fuego medio y remover para que no se pegue.
Añadir los mejillones y el jamón de cocido cortado muy pequeño, dejar 5 minutos a fuego medio.
Sazonar si hace falta, (el caldo de los mejillones ya es salado).
Dejar enfriar la masa.
Rellenar bien las cáscaras con la masa, dando la forma a los lados con una cuchara, pasar por harina, el huevo batido y por el pan rallado, por este orden.
Freír en abundante aceite bien caliente, hasta que estén bien dorados. Pasar un plato con papel absorbente.
Rellenar bien las cáscaras con la masa, dando la forma a los lados con una cuchara, pasar por harina, el huevo batido y por el pan rallado, por este orden.
Freír en abundante aceite bien caliente, hasta que estén bien dorados. Pasar un plato con papel absorbente.
Servir caliente.
Observaciones:
Si se consumen en poco tiempo o en un par de días, guardarlos rebozados y tapados en la nevera.
Si se quieren congelar porque se hacen muchos, ponerlos en una bandeja separados sin freír y sin que se toquen y, cuando estén congelados, pasar a bolsas de congelación.
Unos ricos aperitivos para cualquier ocasión.
Todo un clásico y riquísimo aperitivo.
ResponderEliminarSaludos
Que ricos, un aperitivo muy bueno y con su cervecita. Te han quedado con una masa muy jugosa.
ResponderEliminarBesoss