Ayer domingo, preparé un sencillo arroz meloso para mi hija y para mi, más para que se pudiera llevar un taper al trabajo.
Para mi, lo más importante es un buen sofrito, un buen fumet y buenos ingredientes.
También le añadí mejillones con y sin cáscara, unas pocas gambas pequeñas y berberechos que tenía.
Y salió un arroz bastante apañado y sabroso.
300 g de arroz
1 litro de fumet
1 sepia
5 gambas
500 g de mejillones
Gambitas peladas y berberechos
2 dientes de ajo
2 tomates maduros rallados
2 sobres de azafrán en polvo
Elaboración:
En una paellera, añadir un poco de aceite y saltear las gambas por los dos lados. Retirar y reservar.
Limpiar los mejillones y cocer al vapor con un poco de agua. Colar y reservar el agua que quede.
Quitar la concha vacía a los mejillones. Reservar.
En ese mismo aceite, si es necesario añadir un poco más de aceite, incorporar la sepia cortada y cocinar hasta que esté tierna.
Agregar las gambitas peladas, los berberechos sin cáscaras, dar unas vueltas y añadir el arroz para rehogar unos minutos.
Hacer el sofrito de ajo bien picado y cuando coja un ligero color añadir el tomate rallado.
Incorporar el sofrito al arroz, mezclar.
Agregar el fumet y el agua colada de la cocción de los mejillones, los dos sobres de azafrán en polvo y dejar cocinar unos 18 minutos.
Las gambas y los mejillones colocar cinco minutos antes de retirar el arroz del fuego.
Reposar el arroz unos 5 minutos.
Un sencillo arroz para la comida de domingo.
Se le puede añadir ingredientes al gusto como guisantes, alcachofas, pimientos...
Y solo queda decir:
¡Buen provecho!
Tienes razón un buen sofrito y un rico caldo son el alma del arroz.
ResponderEliminarbesos
No hace falta nada más, tal cual has hecho este arroz ya es una delicia, a mi ponme un buen plato que lo dejo limpio.
ResponderEliminarBesos.
Un arroz tan sencillo como delicioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí, solo queda decir buen provecho. Ya la foto lo dice todo, tiene que estar riquísimo, y con ese caldito.. vamos... me comería una buena ración.
ResponderEliminarSaludos, Manolo