Hoy por ser domingo, mi entrada es una receta de un clásico de la repostería anglosajona, famosa internacionalmente.
Una tarta jugosa y deliciosa, que particularmente me encanta por su sabor, ese toque tan especial a especias y textura esponjosa.
La receta es de mi amiga Mari, que tiene un arte y unas manos para preparla deliciosa.
¡Hace que vuele de la mesa al poco tiempo, que es una pena que no dure!
Ya tenemos el postre para hoy, para hacer un domingo más dulce y feliz.
Ingredientes:
100 g de nueces
340 g de zanahorias
260 g de harina
1 sobre de Royal (10 g)
1/2 cucharadita de sal (2g)
1 1/2 cucharadita de canela en polvo (2g)
4 huevos
300 g de azúcar
240 ml de aceite de girasol
2 cucharaditas de vainilla (8g)
Frosting (Cobertura)
100 g de mantequilla sin lactosa a temperatura ambiente
180 g de azúcar glass
1 cucharadita de vainilla
1 cucharita se zumo de limón
340 g de queso Philadelphia
Elaboración:
Precalentar el horno a 180º grados
Pelar y rallar las zanahorias
En otro bol, batir los huevos, añadir el azucar y batir.
Incorporar el aceite y batir hasta integrar todo.
Añadir la harina, la levadura y la canela. Mezclar.
Agregar la zanahoria rallada y las nueces a trocitos y mezclar.
Repartir la mezcla en un molde de 23 cm.
Cocer 25 a 30 minutos o hasta que el palillo salga limpio.
Frosting:
Batir la mantequilla hasta quedar fina.
Añadir el azucar glass y la vainilla, batir.
Agregar el zumo de limón y el queso crema. Batir.
Cortar el bizcocho en dos circulos, rellenar con el frosting y cubrir con él por encima.
Adornar con nueces por encima.
Refrigerar en la nevera 30 minutos antes de cortar.
Se puede mantener en el frigorifico 4 días, bueno eso dudo que llegue.
¡Cocinillas, esta tarta es perfecta para que os deis un capricho!



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