El higo, fruto de la higuera, es una fruta blanda, frágil, de pulpa dulce y que puede variar de color del verde al morado. Se pueden adquirir en el mercado de agosto hasta octubre.
Se cree que procede de Oriente Próximo y la zona mediterránea.
Los árabes cultivaron y consumieron durante miles de años higos en toda la zona del Mediterráneo.
Desempeñando un papel muy importante en la alimentación.
Era el sustituto para la conservación de fruta cocida hasta que llego el azúcar.
Es una fruta, delicada y perecedera, no se conserva más de 3 días en el frigorífico, aunque no se aconseja su consumo en frío, ya que pierde algo de su sabor.
Por sus propiedades, es digestivo, de alto contenido en fibra, ácidos orgánicos como ácido cítrico, málico y acético, sales como potasio, magnesio y calcio, vitaminas A, B1, B2, B3, y C.
En gastronomía es muy utilizado en repostería como mermeladas, postres, en canapés o aperitivos, en "pan de higos".
Acompañando platos de carne, caza o acompañamientos de ensaladas con frutas, o con jamón. Rociados con coñac o licor, son deliciosos.