Una alimentación equilibrada, ayuda mucho a nuestro organismo. Los pescados azules son una fuente de proteínas de alto valor biológico, y aportan ácidos grasos esenciales omega3. Las sardinas por ejemplo: vitaminas del grupo B, B1 y B12, vitaminas A, D y E. Minerales como yodo, magnesio, potasio, hierro, zinc.
Su consumo moderado, previene los calambres o contracturas musculares, disminuyen los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.
Los mejores meses para el consumo de sardinas, van de junio a noviembre, aunque se encuentran prácticamente durante todo el año.